Amar como Jesús

Con la llegada de la época del amor, nos dejamos llevar por la indulgencia de los chocolates, la romantización de nuestras vidas y el deseo de sentir únicamente felicidad. A menudo he visto que se presenta el amor como una ilusión de felicidad, pero el amor verdadero no es tan dichoso como lo pinta San Valentín.
Filipenses dice que Jesús dejó su dicha en el Cielo para venir y morir (Filipenses 2:7-8). Me encantaría ver eso en una tarjeta de San Valentín este año. Sin embargo, ese es el amor que nos empuja a alejarnos de nuestras familias, a involucrarnos en culturas que nos desprecian y a dar nuestras vidas como sacrificio vivo. Este amor no nos deja sentirnos vacíos porque sabemos que Él nunca nos abandonará. Aunque nos encontremos a miles de kilómetros de nuestros seres queridos, podemos seguir amando a quienes hemos sido llamados a servir, descansando en el hecho de que el amor, Dios mismo, está siempre con nosotros.
En esta época de búsqueda del amor dichoso, espero que podamos captar algo mucho más profundo: un amor que nos permita comprometernos con aquel que lo dio todo por nosotros. Que podamos disfrutar de su bondad, pasar tiempo con el romántico de nuestra alma, y permitir que la alegría de su amor nos llene.