En todo el mundo, los misioneros de Avant comparten el evangelio con personas que nunca han oído las buenas nuevas de Jesús. Dejan a sus familias, amigos, hogares y todo lo que les es familiar, para compartir el mensaje de Cristo en lugares desconocidos.
Cuando nuestros misioneros regresan a Norteamérica después de muchos años de servicio, se encuentran con una cultura muy diferente a la que conocían cuando partieron. A menudo, se sienten desconectados, solos y poco apreciados.
Para ayudar a proveer apoyo a estos misioneros, Avant moviliza un equipo de cuidado misionero. El equipo hace visitas personales para animar a nuestros misioneros retirados, escuchar su historia y entregarles un regalo en honor a su tiempo de servicio.
Su donación permitirá que el equipo de atención a los miembros realice estas visitas especiales, llevando una sonrisa a un rostro cansado, refrigerio a los corazones y un espíritu renovado para continuar sirviendo.